VOCABULARIO DUAL
Es algo así como "Pipiripao". No es que el fantasma Bles haya sido determinante, pero pasó a ser parte de la cotidianidad. Uno siente que son parte de la casa. Eso que pretenden los matinales, pero que no resulta tanto -según yo- por la línea tan protocolar que sigue la televisión. Y aún así, es como si te hablaran en la propia pieza.
Bueno, la cosa es que no hablábamos cosas muy trascendentales con esta amistad. Es de esos personajes más bien escurridizos en su andar. Lo que, la P.C. diría: "disperso". Exactamente eso. Y en su andar disperso hay una adorabilidad exquisita. En sus propias palabras: "llega a la trufa de las personas". Nos reímos, damos los titulares de los acontecimientos más jugosos en nuestras últimas crónicas de forma irónica y con palabras graciosas que salen al azar.
En eso, aparece "choriflai". Término clásico, vacío y representativo a la vez. De expresividad infantil y de burla melancólica para la generación ochentera.
Mi amistad, en su chateo ciberespacial, siempre haciendo alusión al doble sentido masculino tan característico -ese que en las féminas suele verse feo, no entiendo porqué-, creo que disfruta con mi vida íntima de forma morbosamente inocente y dice: chorifálico.
Me pareció gracioso. La mezcla justa del garabato para el género cool: lo chori y lo fálico.
Es quizás la manera en la que podré guardar mi compostura femenina sin renegar de mi vocabulario aún adolescente.
Y es que, el común denominador de esta sociedad duplicista no acepta los Mister y Misses Hyde que llevan dentro. Situación que lleva a un camuflaje decadente de la esencia dual que nos conforma.
Deseo v/s deber.