domingo, octubre 16, 2005

TORMENTO Y YO

Hoy descubrí el porqué de mis males.
Hay alguien que habita dentro de mi y un mi que habita dentro de mi alguien.
No se sabe quién es el original... salí a buscar después de una conversa con mi pareja en la cual le planteaba mi pesadumbrez: sentirme culpable por ser, existir, respirar, estar un poquito sobre peso, no saber demasiado, sentir tristeza, felicidad, envidia, ser mal genio, etc, etc....
En la búsqueda pensé quizás en el supermercado encontraría algo...quizás distracción.
Chocolates, helado, pan, verduras y jugo, no me dieron la respuesta.
Las calles me invitaron a recorrer sus veredas...
Perros, personas, parejas, sol primaveral con un buen soundtrack; no opacaron la búsqueda.
Entonces, quizás la naturaleza. Mi lugar, aquel que siempre tengo ganas de visitar y solo voy en momentos específicos y decidores vuelvo a pisar.
Entre montañas, rio, puente, cielo, aire y convalecencia de una faringitis viral... encontré a "Tormento".
Soy un tormento en mi. Atormento a quienes me rodean. Genero tormento y tormentas... y más tormento dentro del original.
La música me acompañó y se hizo parte de mi ritual.
Y ahora, tras la pantalla, no se quién es el verdadero yo: El cuerpo que escribe o "El tormento" que lo define.
Uno habita en el otro, pero no se quién es el original.
Y lo cierto, que entre pensamientos catastroficos, intenciones de soledad y escapes intoxicadores... Tormento me ama y yo amo lo tortuoso...
EL amor que se profesan ambas personalidades es tan grande como la angustia que se despiertan al vislumbrar su realidad.
Ya les contaré más... ahora debo dejar este mundo cideral.
Recuérdenme contarles de una película...
Uhmf...

lunes, octubre 10, 2005

DÍAS DEFORMES

Los días feriados tienen un dejo de deformidad. No tienen nada muy definido, menos si es un lunes.
Claramente, si fuera lunes, amanecería con el odio correspondiente a comenzar una nueva semana y la predisposición -sinicamente positiva- que será un buen día.
Si fuera fin de semana, sabría bien a qué atenerme. En caso de sábado, relajo máximo: amanecer tardecillo, leer la revista del Sábado, almorzar en choclón familiar, ver a mi pareja, salir por la tarde y acostarme sin preocuparme de la hora o salir con amigos.
En caso de domingo, iria a ver a mi papá, pasaría la tarde ahí, llegaría a mi casa, prepararía las cosas del próximo día y viviría la angustia de la tarde fominguera -de 17 a 21 horas- como si fuera algo natural.
Lo cierto es que es lunes. Este lunes no tiene forma definida. Más aún, celebramos algo que no es todavía.
Me desperté sin entender nada a las 8:30. Cuando le pregunto a mi pareja que hora es, me dice "depende, la nueva o la antigua". Y a esas horas nadie puede pensar muy coherentemente.
Mi gato, que generalmente duerme en mi cuello y abrazándome -créanlo o no- posó su trasero en mi cara toda la noche. Y luego de una ducha sin mis programas radiales de costumbre, emprendemos rumbo a un almuerzo donde mis suegros que se fueron de viaje por un mes.
La sensación predominante del día: deformidad. Nada de lo que pasó fue muy real. Casi como un mundo paralelo.
Un lunes de otra dimensión.
Feriado sin que sea feriado aún: día sin forma.
...Uhmf...