martes, diciembre 11, 2007

CARÁCTER DÁLMATA

Comenzar por un ni yo entiendo muy bien cuándo y cómo se gatilla mi distancia. Lo que si tengo claro, es que siempre prefiero alejarme antes de que me dejen. Así nadie puede rechazarme. Si no se está, no hay nadie a quién abandonar.
La razón no entiende la emoción.
Mi emoción se estanca cuando no tengo certezas.
La certeza viene al sentirme protegida.
La protección no eres tú en esencia, pero radica en tu presencia.
Tu presencia no es que digas “cuéntame y te apoyo”.
Tú apoyo viene si me escuchas.
No siento que me escuches si te defiendes. Porque se que mi artillería es pesada cuando se trata de un contraataque. Contigo no quiero bombas y se, lamentablemente, que mi naturaleza tiende a sacar un filo en forma de lengua venenosa.
Aprovecho a recordar que ni yo entiendo bien el cuándo ni el cómo…
Pero se que la lealtad tiene que ver en esto; que seas de mi bando y puedas, algunas veces, dejar de lado tu franqueza.
Aunque se que tu transparencia es de las cosas que más aprecio, tu comodidad a veces me empelota. El querer versus tú ceder. Mi orgullo se levanta y comienza a hacerme daño.
Y me alejo.
No puedes rechazarme.
No tienes a quién abandonar.
Que se te abra el mundo es bueno. Pero te recuerdo, aunque me odies, que llevo más bagaje por las ligas. Y aunque los aprendizajes suelen ser en primera persona, ojalá creyeras más en mis errores para darte más aciertos.
Si un plan es bueno, lánzate. Ojalá recuerdes en tu salto que había alguien a quién arrastrabas tras cada paso. A veces duele el rebote, otras anotas… Pero no habías pensado que aún así, estaba yo esperando ser parte del proceso más allá del resultado.
Paciencia. Paz y ciencia.
Ojalá de cuándo en vez, velaras tú mi sueño. Saber que te cuesta abrir los ojos, da más crédito a una levantada primeriza para sonreírme al abrir yo los míos.
Se que no pido, más bien espero lo que es obvio. Obvio en mis zapatos. Obvio bajo mi prisma, obvio en mis expectativas… Absurdo. No eres yo. Más obvio es aceptar la diferencia. Aceptar mis profundas exigencias. Rendirme ante el infinito infierno de la disconformidad que abruma el polo opuesto de mi blancura.
Esa mancha.
¡Sí! Carácter dálmata. Cada ausencia un punto.
Y tú, “mi punto es”.
Línea de mi geometría. El tú pasado que no existía. El tú presente que desconcierta y acierta. El tú futuro que retuerce mi indiferencia tan diferida. Y el tú de letras que escribe sin palabras carreras que no compiten. Tú juego sin reglas porque no esperabas que nadie ganara. Y mi guerra eterna…
Que es contigo, pero sin ti. A través tuyo sin ser tú protagonista. Protagonista de quejas, pero solución a mi problema y problema de mi abandono.
Abandono no correspondido, porque no juegas. No recuerdas que sigo esperándote mientras avanzas. Y avanzas esperando a que yo llegue mientras lucho por no llegar, porque deseo que tu espera se haga movimiento, abras los ojos, dejes de soñar, te levantes, te muevas, me llames, me pidas, te remuevas y me escuches…
Sólo quiero que estés acá.

2 Comments:

Blogger gatagaes said...

.
.
.
Nosé qué comentar sis

Un beso

12/21/2007 4:22 p. m.  
Blogger Unknown said...

actualiza la cuestióóóóóón!!!
isa

3/13/2008 7:43 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home