CIMIENTO DE PAJA, CONSTRUCCIÓN DE HIERRO
Dos textos cayeron esta semana en mis manos; uno de Manuel Castells y otro de Ernesto Ottone. El primero hace referencia a la sociedad red en la que estamos hoy y el segundo, a lo que significa construir América Latina. Construir normalidad en el continente.
Geográficamente hablando, Castells hace hincapié en la tasa de urbanización en la que estamos, que es la más alta en la historia. Estamos a punto de llegar al 50% de la población urbana en el planeta y lo que está ocurriendo es que toda esta población está concentrada en los grandes centros de actividad y de emoción de información. En síntesis, las metrópolis.
A su vez, en el punto que sigue, comenta que hoy en los países del Tercer Mundo y en desarrollo, la divisoria digital está dejando de ser un problema. Cada vez es más asequible el instrumento para las personas. Pero lo que sí está marcando ruptura y diferencias, es la capacidad de utilizar Internet, no el acceso a ella.
¿Porqué? Porque se tiene el instrumento y la información, pero el saber qué hacer con ella tiene estrecha relación con el origen social, familiar, cultural, el nivel de educación, etc.
Por su parte -el sociólogo y cientísta político- Ernesto Ottone, habla de cómo se ha logrado revertir la crisis Latinoamericana de los 80s a partir del 2004, donde la región creció en un 6%. Obviamente ahí estamos refiriéndonos en el plano económico. MIentras que en el plano social y desigualitario, las brechas siguen aumentando. Cada vez se alejan más las posibilidades de cambiar las grandes diferencias entre los quintiles más altos y los más bajos.
Entonces, me quedé pensando en esta palabra que ha sido tan mencionada este último año y el anterior: DESIGUALDAD. Desigualdad en oportunidades, desigualdad en educación, desigualdad en salud pública, desigualdad regional, desigualdad... desigualdad.
¿QUé es la desigualdad para un continente? ¿QUé es la desigualdad de accesibilidad? ¿Desigualdad según...?
Y es ahí donde vuelvo a Castells, donde se refiere a la capacidad de "aprender a aprender". HOy en día cada vez se tiene más acceso a fuentes de información, pero lo cierto es que a veces el conocimiento puede ser contraproducente si no se dan las herramientas para su buena implementación.
Y siendo un continente que ha tenido fuertes crisis sociales y políticas, las herramientas han servido a unos pocos que se han cegado por el empoderamiento y los intereses personales. La corrupción ha hecho lo suyo y la ignorancia no ha permitido a los afectados velar por sus derechos, necesidades y peticiones.
Honestamente creo que no sirve de nada dar becas, créditos, estudios, etc. si las redes sociales siguen siendo las mismas. Si el entorno no cambia, si las bases son de mimbre y la construcción de hierro. Es estirar la mano, limpiar conciencias de unos pocos y dejar a la deriva de la realidad a quienes quizás no necesitan verla. ¿Porqué? Porque creo que, a veces, el conocimiento es un arma si no se canaliza por una vía correcta. Es suicidar el sueño de que para mis hijos habrán bases sólidas no construcciones de hierro que no tendrán cimientos coherentes para seguir avanzando.
¿Y qué creo que falta? Políticas públicas que dejen el populismo, políticos centrados en las metas comunes más que en las diferencias figurativas. Para crecer como continente hay que mirar nuestra historia, siempre lo que nos define en común será más fuerte que las ideas que puedan separarnos. Y a paso de hormiga se avanza en pié de gigante.
Geográficamente hablando, Castells hace hincapié en la tasa de urbanización en la que estamos, que es la más alta en la historia. Estamos a punto de llegar al 50% de la población urbana en el planeta y lo que está ocurriendo es que toda esta población está concentrada en los grandes centros de actividad y de emoción de información. En síntesis, las metrópolis.
A su vez, en el punto que sigue, comenta que hoy en los países del Tercer Mundo y en desarrollo, la divisoria digital está dejando de ser un problema. Cada vez es más asequible el instrumento para las personas. Pero lo que sí está marcando ruptura y diferencias, es la capacidad de utilizar Internet, no el acceso a ella.
¿Porqué? Porque se tiene el instrumento y la información, pero el saber qué hacer con ella tiene estrecha relación con el origen social, familiar, cultural, el nivel de educación, etc.
Por su parte -el sociólogo y cientísta político- Ernesto Ottone, habla de cómo se ha logrado revertir la crisis Latinoamericana de los 80s a partir del 2004, donde la región creció en un 6%. Obviamente ahí estamos refiriéndonos en el plano económico. MIentras que en el plano social y desigualitario, las brechas siguen aumentando. Cada vez se alejan más las posibilidades de cambiar las grandes diferencias entre los quintiles más altos y los más bajos.
Entonces, me quedé pensando en esta palabra que ha sido tan mencionada este último año y el anterior: DESIGUALDAD. Desigualdad en oportunidades, desigualdad en educación, desigualdad en salud pública, desigualdad regional, desigualdad... desigualdad.
¿QUé es la desigualdad para un continente? ¿QUé es la desigualdad de accesibilidad? ¿Desigualdad según...?
Y es ahí donde vuelvo a Castells, donde se refiere a la capacidad de "aprender a aprender". HOy en día cada vez se tiene más acceso a fuentes de información, pero lo cierto es que a veces el conocimiento puede ser contraproducente si no se dan las herramientas para su buena implementación.
Y siendo un continente que ha tenido fuertes crisis sociales y políticas, las herramientas han servido a unos pocos que se han cegado por el empoderamiento y los intereses personales. La corrupción ha hecho lo suyo y la ignorancia no ha permitido a los afectados velar por sus derechos, necesidades y peticiones.
Honestamente creo que no sirve de nada dar becas, créditos, estudios, etc. si las redes sociales siguen siendo las mismas. Si el entorno no cambia, si las bases son de mimbre y la construcción de hierro. Es estirar la mano, limpiar conciencias de unos pocos y dejar a la deriva de la realidad a quienes quizás no necesitan verla. ¿Porqué? Porque creo que, a veces, el conocimiento es un arma si no se canaliza por una vía correcta. Es suicidar el sueño de que para mis hijos habrán bases sólidas no construcciones de hierro que no tendrán cimientos coherentes para seguir avanzando.
¿Y qué creo que falta? Políticas públicas que dejen el populismo, políticos centrados en las metas comunes más que en las diferencias figurativas. Para crecer como continente hay que mirar nuestra historia, siempre lo que nos define en común será más fuerte que las ideas que puedan separarnos. Y a paso de hormiga se avanza en pié de gigante.
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